Despuéscogimos el autobús a Santa Ana que fuimos hacer la ruta de las letras. Íbamos andando y en cada árbol había una poesía que leíamos en voz alta. Lo que más me inpresiono del senterismo fué que allí hay una biblioteca donde las personas guardan los libros y el que quiera leerlo se podía leer allí tranquilamente escuchan el agua del rió o llevartelo a casa.
¡ME LO PASÉ GENIAL!